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PARA MI MUJER...

La historia de hoy, comenzó a gestarse una noche de Diciembre del año 1.971. Probablemente, y si las matemáticas no se equivocan, sería el Domingo 19 de Diciembre. Eran los días previos a una blanca y fría Navidad en una pequeña villa "verde y vieja". Las melodías de los villancicos por las calles y el tintineo de las campanillas en los árboles de Navidad ya querían dejarse oír. Seguramente a través de las ventanas se veían las aceras blancas, cubiertas por un gran manto de nieve, al igual que el adoquinado de las carreteras. Quizás hasta una chimenea crepitando e iluminando temblorosa las paredes de la habitación, ¿quién sabe?. Dos personas jóvenes, enamoradas, un ambiente romántico como pocos... Nueve meses después apareció ella, el Domingo 10 de Septiembre de 1.972. Su pelo negro como el azabache ligeramente ondulado y sus ojos grandes como el infinito. Desde un primer momento, su personalidad arrolladora consiguió adueñarse del cariño de todos los que la rodeaban, familiares, amigos, compañeros... Y así, poco a poco, fueron pasando los días en aquella villa "verde y vieja", hasta que un buen día, con 17 preciosos años en su cuerpecito de mujer adolescente, sus padres decidieron que era el momento de cambiar de vida y mudarse a otra villa a la "villa de Jovellanos". Con todo el dolor de su corazón, se vio obligada a abandonar a sus amigos de la infancia, compañeros de instituto, conocidos y por qué no, sus primeros amores, y recorrer casi 1.700 Kms. hasta lo que sería a partir de entonces su nuevo hogar. Los primeros días fueron duros, la añoranza de lo que se extraña y el cambio radical de vida, pero poco a poco se fue abriendo terreno de nuevo, amoldándose a la perfección a su nueva vida.
En ese punto se su vida es cuando yo entro a formar parte de ella, inicialmente como amigos, convirtiéndonos en los mejores amigos del universo, compartimos confidencias, secretos inconfesables para el resto de los mortales..., posteriormente como novios y, como no podía ser de otra manera, viviendo el noviazgo de la manera más intensa que sabíamos. Fueron diez años maravillosos donde nos amamos todo lo que pudimos y más, salimos, viajamos, nos divertimos.., nos quisimos. Luego vino el matrimonio, fase en la que llevamos ya doce años. DOCE AÑOS!!! quién lo diría!!!. Tres años después del sí quiero, y tras escribir una carta a la oficina que tienen las cigüeñas en París, recibimos la visita esperada y deseada de nuestro hijo Iyán, que nos unió aún más. Han sido doce años de aprender a compartir todo, lo bueno y lo malo, de apoyarnos en las adversidades y de disfrutar de las cosas buenas que nos ha brindado la vida.
Hoy, que es el día de su cumpleaños, que ha cumplido 四十 años (no penséis que está mal escrito, es que está en chino), quiero que sepa que es imprescindible en mi vida y en la de nuestro hijo, que la quiero igual que hace 20 años y que espero que la vida nos permita seguir juntos, al menos, durante 100 años más, para poder seguir disfrutando de la alegría que desprende, de su sonrisa, de la mirada de sus guapísimos y grandísimos ojos que aún hoy me siguen enamorando. Y que estoy deseando envejecer a su lado para, cuando llegue ese momento, pasear de la mano por la calle recordando lo que fue una vida entera juntos.

Feliz cumpleaños. ¡¡¡IDEM!!!

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