Después de muchos días sin pasarme por aquí, hoy me he decidio a entrar para reflexionar en voz alta sobre la huelga general convocada por los sindicatos para el día de mañana.
Es bien cierto que el derecho a la huelga es uno de los derechos fundamentales de los trabajadores, por lo tanto estoy de acuerdo con que cualquier trabajador que desee reivindicar algo con relación a su trabajo o las condiciones en las que se desarrolla éste, haga uso de ese derecho.
Pero... ¿qué buscan conseguir los sindicatos con la huelga general?. ¿Quizás hundir un poquito más, el ya en ciernes de un naufragio, barco de la economía española?. ¿Hacer que el pequeño y mediano empresario se tengan que apretar un poquito más el cinturón?. ¿Presionar a un gobierno que ha demostrado ser totalmente indiferente a los problemas del ciudadano de a pie?. ¿Mejorar así la economía del trabajador?, ¿la del empresario?... Ver, veremos, dijo un ciego.
Parece ser que los sindicatos existen con la finalidad de ayudar al trabajador a mejorar sus condiciones laborales (digo parece ser porque creo que son como el enigma de las lineas de Nazca en el Perú. Sabemos que están ahí pero no sabemos para qué sirven). Existen varias hipótesis sobre el número de liberados sindicales que existen en España. La versión más optimista dice que hay unos 50.000, mientras que los más alarmistas hablan de 300.000. Para el que no lo sepa un liberado sindical es aquel que, por elección de sus compañeros y aferrándose al artículo 28.1 de la Constitución Española, el Estatuto de los Trabajadores y la Ley Orgánica de Libertad Sindical, deja de producir para la empresa con la que firmó el contrato de trabajo en su día, en unos casos durante varias horas diarias y en otros muchos durante la jornada completa, pero eso sí, para defender los derechos del trabajador, que quede claro (o eso dicen ellos).
¿Cómo es posible que represente a los trabajadores una persona a la que han liberado de su trabajo hace un montón de años?. ¿Qué sabe ese señor/es de las inquietudes de los trabajadores?. ¿Será que lo hace de memoria?. Si las encuestas dicen que el 56% de los ciudadanos no están de acuerdo con la huelga general, lo que significa una mayoría de los ciudadanos, ¿para qué siguen perdiendo tiempo y dinero?. Si no son capaces de ver el sentir popular, como van a ser capaces de ver los problemas de cada individuo trabajador y solucionárselos.
Y otra cosa es el coste que supone la huelga. Y no voy a hablar de lo que se deja de producir, eso que quede en la conciencia de los convocantes, sino del gasto generado por los propios sindicatos para "convencer" a los ciudadanos a que acudan en masa a la huelga. Globos, fasquines, carteles grandes, pequeños y medianos, llaveros, gorras, camisetas, bolígrafos... En fin, millones de €uros tirados a la basura para conseguir.... ¿qué?. Ya veremos si consiguen al menos recuperar la "inversión". Sindicatos!!! Ser buenos con los trabajadores y repartir entre ellos los millones de €uros que os habéis gastado en globitos y pijaditas y ala!!, a volver a vuestro puesto de trabajo original y dejarle el sitio a otro para que "folgue" un poquito, que ya está bien de hacer el zángano.
¿Quién se beneficiará de la huelga?, muy sencillo, los estudiantes, que para ellos es un día más de vacaciones, los que realmente creen en las reivindicaciones de los sindicatos (los menos) y los vagos, que prefieren que les descuenten el día de su salario, para no tener que madrugar y tener un día de fiesta añadido.
No sé por qué no hacemos como en algunos paises asiáticos que cuando quieren hacer huelga, hacen huelgas de celo, trabajando a destajo para saturar las espectativas de produción, lo cual no deja de ser un problema gordísimo en muchos casos. Pero como esto es España, seguro que a eso de las 5 ó las 6 de la tarde (después de la siesta, eso sí) y cuando los piquetes "informativos" se hayan retirado, los bares, terrazas y restaurantes estarán repletos de gente tomando un vino o una tapita, sin acordarse de que un 29 de Septiembre se había convocado huelga general. Sólo espero no encontrarme ningún sindicalista en el bar, no sería ético, ¿verdad?
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