Érase una vez, hace ya un cuarto de siglo, dos personas que, aunque vivían en la misma ciudad, nunca se habían visto, por esos avatares del destino, se conocieron. El lugar, un monumental centro de estudios, la fecha, un día cualquiera del mes de Octubre de no me acuerdo qué año. Aquellas dos personas, aparentemente tan distintas, resultaron tener multitud de afinidades y poco a poco aquella afinidad fue convirtiéndose en amistad, perdón, quise decir AMISTAD. Una de esas personas soy yo, la otra, que estoy seguro lo leerá, no necesito decirlo, porque él ya lo sabe.
Los años fueron pasando, él se casa con su encantadora mujer y fruto de ello nace su primera hija, a la que quiero como si fuera mía (aún hoy me acuerdo cuando salía de trabajar y me marchaba a su casa a bañarla, darla la cena y jugar con ella antes de que se fuera a dormir). Después vino el segundo, un chico, al que también quiero con locura (pero he de reconocer que mi pequeña era, es y será siempre mi preferida).
Poco tiempo después, y de nuevo por esas cosas que tiene el destino, se arma de valor y se marcha a trabajar fuera, encontrando lo que buscaba, trabajo, estabilidad, paz, tranquilidad, aunque ello supusiera dejar atrás a familiares y amigos.
El éxito llama de nuevo a su puerta, pidiéndole a cambio de dinero y posición, un nuevo desplazamiento. A 7.719 Kms. de distancia de aquí, nace su tercer hijo (del cual no he podido disfrutar por la distancia). Ese chico, en unos años, romperá el corazón de muchas señoritas.
Actualmente vive feliz, rodeado de su mujer e hijos, en un lugar incomparable. Qué más se puede pedir.
Cada uno de los días de esos 25 años que he resumido en unas lineas, ha estado presente en mi vida; él primero y después junto con su familia, formando desde hace tiempo parte inseparable de la mía.
Hay un famoso bolero que dice algo así "Dicen que la distancia es el olvido, pero yo no concibo esa razón...". No hay distancia que pueda romper una buena AMISTAD.
Espero el momento de vernos de nuevo.
2 comentarios:
Los ducados... eso fue lo primero que nos unió, ¿recuerdas?...
Buenos tiempos... ¿Sabes lo que me acuerdo mucho???, aquellas mañanas tomando el sol en las escaleras... Sin hacer nada, sin preocupaciones, sin prisas y sin importarnos lo que pensaran los demas... Quien pudiera hoy, ¿verdad?
A ver si esta vez os animais a venir en vacaciones de verdad... Pero avísame con algo de tiempo, para no tener viajes ni complicaciones en esas fechas...
Un saludo...
El otro
PD. Pues sí que estás melancólico...
Ahí te va un relato sobre la amistad:
AMIGOS EN EL DESIERTO.
Dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron tan acaloradamente que uno de ellos abofeteó al otro que sintiendose ofendido y sin nada que decir escribió en la arena:
"Hoy mi mejor amigo me pegó una bofetada en el rostro"
Siguieron adelante y llegarón a un oasis donde decidieron bañarse, el que habia sido abofeteado y lastimado apenas sabia nadar y comenzo a ahogarse siendo salvado por el amigo, al recuperarse y con gran serenidad en su rostro, tomó un estilete y escribió en una piedra:
"Hoy mi mejor amigo, me ha salvado la vida"
Intrigado el amigo por tal comportamiento le preguntó:
¿Por que despues de que te lastime escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?
Sonriendo el otro amigo le respondió:
"Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena , donde el viento del olvido y del perdon se encargaran de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazon, donde ni el viento ni nada podrá borrarlo"
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