
La ley del menor obliga a mantener el anonimato de esta persona (por llamarla de alguna manera) y han corrido a cerrar sus páginas abiertas en las redes sociales para salvaguardar su intimidad y el secreto de su identidad, pero como hay quien corre más que la ley, nos han deleitado con informaciones diversas sobre el contenido de los mismos, como el cuestionario que tenía colgado en su perfil del tuenti en el que ya afirmaba haber visto morir a alguien.
Y ahorá, ¿qué?. ¿Qué va a pasarle a esta chica?. ¿Qué condena le caerá?. La de Cristina y su familia está clara. Cristina Martín ha sido condenado a muerte y su juez, jurado y verdugo fue la misma Chany, en cambio a sus padres les ha caido una perpetua, la de no poder ver a su hija a perpetuidad, sin posibilidad de fianza alguna, siendo la jueza encargada la misma Chany.
Probablemente, al ser menor de edad, se pase unos pocos años en un centro de internamiento para menores, del que saldrá para continuar con su vida y su conciencia (si es que la tiene), como si no hubiera pasado nada y este atroz asesinato únicamente se quedará en el olvido popular y en la memoria de sus familiares y amigos.
Mientras tanto Cristina no podrá dar nunca más a sus padres el beso de buenas noches, no podrá ir más de tiendas con su madre, hablar cone ella de sus incipientes amores, salir a divertirse con sus amigos, viajar y, en definitiva, disfrutar de las aventuras y desventuras que conlleva la vida.
La Chany, esta escoria de la sociedad, tiene la suerte de cumplir su condena, sea grande o pequeña en España, en lugar de realizarlo en su país de origen. Seguro que no estaría tan tranquila si fuese juzgada y condenada en Cuba.
En mi condición de padre, poniéndome en el lugar de los de Cristina, si dejara plasmar mis deseos hacia la posible condena o lo que deberían hacer con esta chica, probablemente parecería igual de repugnante que ella, pero pensándolo fríamente sólo le deseo fervientemente que la conciencia que hasta ahora no ha tenido, le nazca y tenga que vivir con ella y con los remordimientos el resto de sus días. Y que la naturaleza no le permita traer al mundo ningún animal (con perdón de los animales) con forma humana como ella.
Desde aquí mi más sinceras condolencias para los familiares y amigos de Cristina Martín. Que sepan superar la desgracia que les ha tocado vivr, si es posible.
Descanse En Paz.
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